El recuerdo me ayudó a recuperarme de mi inminente ataque de histeria y puso las cosas en perspectiva, ya que prefería que Victoria me matase cien veces antes que verle sufrir de ese modo otra vez.
-Que divertido-comentó Jackob, carcajeandose mientras observaba el rostro de Edward...
...que hizo otro gesto de dolor, pero consigió suavizar su expresión con un pequeño esfuerzo, aunque no podía ocultar la agonía de sus ojos.
Miré fijamente, con los ojos bien abiertos, primero la mueca de Edward y luego el aire despectivo de Jackob.
Stephenie Meyer.